Nuestros nombres son Javier y Jennifer. Nos encontramos viviendo en

Estados Unidos y en Cuba, respectivamente. Ambos hemos pasado por situaciones complicadas que nos han obligado a aprender de las experiencias y a buscar soluciones en caminos diferentes.

Javier (32 años) emigró de Cuba hacia Estados Unidos en el 2014.

Trabajó como electricista, en la construcción y en agencias de delivery

dentro del país. Por las experiencias de otras personas y por los resultados que supuestamente generaría, decidió comprarse una rastra y trabajar dando viajes, sería “dueño de su tiempo” pero producto al covid y a diferentes situaciones tanto personales, del propio trabajo

como del país en general, tuvo que vender la rastra y empezar a buscar

otras alternativas. Las situaciones personales cuando estuvo en la

rastra, fueron muy difíciles y dolorosas a nivel sentimental. Tuvo que

acudir a pedir préstamos. Las deudas no lo dejaban dormir y como el

trabajo no le estaba dando resultados, vender la rastra era la solución.

Una vez vendida salió de todas las deudas, un respiro pero una

preocupación nueva, pues debía encontrar trabajo, para tener una

entrada de dinero fija.

Jennifer (26 años) a los 11 meses de nacida sufrió de una parálisis

cerebral infantil producto a una sobredosis de ketotifeno en jarabe,

diagnosticada por un alergista y que le ocasionó una afectación motora

más la pérdida de equilibrio. Producto a esto tiene que estar constantemente ejercitándose y depende de un andador o la ayuda de personas para caminar. A pesar de eso, se graduó de Comunicación Social en la Universidad de la Habana. Actualmente trabaja en

empresas privadas desde su casa, siendo social media manager,

comercial, atendiendo a clientes y en ocasiones hasta de negociadora

cuando es necesario. También ha ganado experiencia en ventas, pues

en ocasiones se desempeña promoviendo productos de Shein y Temu. Aunque desde el 2021 ha trabajado con estas formas de negocios siempre ha tenido la visión de crear un proyecto propio, de generar ingresos para ella y de no trabajar para alguien. Siempre le ha

apasionado el marketing, las redes sociales y sobre todo las ganas de

salir adelante.

Después de conversar en conjunto, ver reels en Instagram y analizar

sobre los productos digitales decidimos comenzar en este mundo.

Crear nuestro propio producto, preparar todo y comenzar a venderlo.

Emprender es un proceso difícil pero saber que lo que crearás estarás generando mucho más de lo que un trabajo de 8:00 am a 5:00 pm podría darte, sin aguantar a un jefe y disfrutando tiempo de calidad con amigos y familia, hace que valga la pena arriesgarse. Tus metas comienzan a cumplirse con una simple acción:

Empezar.